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martes, 9 de mayo de 2017

la Cara del Moro


De la mini kdd con Pepe Alcaide por Alicante el 23 de Abril de 2010.
Y puesto que buscando en Internet, el comentario más válido y mejor que he encontrado sobre esta "cara", es el que refleja mi amigo y guía de esta jornada, Pepe Alcaide, en su blog de Alicante, os copio textualmente su opinión.
"La Cara del Moro es ese perfil que se dibuja en las rocas, y sobre el que se yergue el castillo que vigila a la ciudad de Alicante desde el medioevo, cuenta la leyenda que se corresponde con el del walí Ben-Abed-el-Hacid, ejemplo de crueldad intransigente con el amor de su bella hija Zahara y un noble cristiano a los que condujo a la muerte. Consumado el mal, el walí, desesperado, se precipitó al vacío pero su cuerpo quedó enganchado entre los peñascos y las chumberas que cubrían las laderas y, al día siguiente, los habitantes del Alicante medieval contemplaron con asombro que el Benacantil había adoptado el rostro del malvado que, sometido de esta guisa a vientos y temporales, había de penar su culpa eternamente. Desde entonces cualquier representación de la ciudad, no importa la época histórica, recoge a modo de emblema el monte Benacantil, el castillo que lo corona y, debajo de él y como sosteniéndolo en su cabeza, la cara de El-Hacid que, en las crónicas de Viciana y Bendicho por ejemplo, exagera aún más si cabe sus rasgos hasta convertirlos en algo consustancial y seña de identidad alicantina".
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Of the mini kdd with Pepe Alcaide by Alicante the 23 of April of 2010.
And since looking for the Internet, the most valid and best comment I have found on this "face", is the one that reflects my friend and guide of this day, Pepe Alcaide, in his Alicante blog , I copy you textually your opinion.
"The Face of the Moor is that profile that is drawn on the rocks, and on which stands the castle that watches over the city of Alicante from the Middle Ages, tells the legend that corresponds to that of the wali Ben-Abed-el- Hacid, an example of uncompromising cruelty with the love of his beautiful daughter Zahara and a Christian nobleman whom he led to death.When the evil ended, the wali, desperate, rushed into the void, but his body was caught between the rocks and the prickly pears Which covered the slopes, and the next day the inhabitants of medieval Alicante gazed in amazement that the Benacantil had adopted the face of the wicked man, who, under this guise, had to endure his guilt for eternity. The city, no matter the historical period, collects as an emblem the Benacantil mountain, the castle that crowns it and, below it and as if holding it in his head, the face of El-Hacid that, in the chronicles of Viciana And Bendicho for example, exaggerates even more if its features fit to become something consubstantial and a hallmark of Alicante identity.

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